Poniendo aparte las curiosas personificaciones de Condorito, en general se trata de un individuo marginal de bajos recursos, casi siempre sin empleo y que vive en una precaria barraca de madera, a la que él llama cariñosamente “mi chalet”.
Muchos de los problemas en que se enreda se deben a su pobreza, o a sus intentos de enriquecerse sin trabajar. Esta es una de las únicas características originales (de las ediciones antiguas) que se ha mantenido en los años, ya que tras la internacionalización del personaje, Condorito suele aparecer viviendo en una sólida casa de ladrillo, con todas las comodidades y electrodomésticos que una persona de clase media alta suele disfrutar.